Gacetillas

En nuestro país, tanto la superficie como la producción de cebada se encuentran en crecimiento, al punto que en la última campaña alcanzó las 3 millones de toneladas. El sur y el sudeste de la provincia de Buenos Aires son las principales zonas productivas, y las malterías -uno de los dos destinos principales- se distribuyen en las proximidades, de modo que desde el punto de vista tecnológico Argentina se encuentra en condiciones de aprovechar la oportunidad de incrementar las exportaciones de cebada.

A estos temas se refirió el ingeniero agrónomo Carlos Poullier, de Aacrea, en el panel dedicado a la cebada del congreso A Todo Trigo 2011, que se llevó a cabo en el Hotel Sheraton de Mar del Plata los días 5 y 6 de mayo. El experto comentó que la cebada tiene dos destinos paralelos: la producción forrajera –que se lleva el 70 por ciento- y el consumo humano a través de la malta, con el resto de la producción. El incremento del 50 por ciento en el área sembrada que se produjo en el último año –se pasó de 500 a 750 mil hectáreas- no podrá ser destinado a la industria, que tiene una capacidad limitada, sino que todo el excedente de producción se orientará a la exportación y al uso forrajero.

Panorama mundial

Actualmente Argentina exporta el 75 por ciento de la cebada cultivada, y como la creciente producción se destinará al mercado foráneo, Poullier abordó la situación en el extranjero. Al respecto, indicó que a nivel mundial y durante la última campaña se produjeron 123,8 millones de toneladas del cultivo, que en años sin problemas climáticos puede alcanzar hasta 150 millones. De dicha cifra se comercializan entre 15 y 16 millones de toneladas, con dos destinos primordiales: el forrajero –mayoritario, en un 70 por ciento- y el consumo humano, a través de la maltería. Dentro del consumo forrajero, la cebada ocupa el segundo lugar, con el 13 por ciento y detrás del maíz, que aporta el 74 por ciento.

“El mercado de granos forrajeros muestra una evolución paulatina pero sostenida, con un consumo muy sólido con destino de etanol, y una producción que intenta acompañar el consumo, de modo que los stocks tienen una tendencia a la baja. Actualmente estamos en los mínimos niveles de stock/consumo de los últimos 20 años”, señaló. En la misma línea, indicó que la tendencia mundial marca una caída en el área cosechada y en el área sembrada, que no parece revertirse en el corto plazo, ya que en países como Canadá o la Unión Europea, que son grandes exportadores, está en competencia directa con la colza, que tiene como destino el biodiesel.

Hasta el momento, Argentina es el gran abastecedor regional de cebada. Sus exportaciones de la variedad cervecera están destinadas a Brasil y Sudamérica, en lo que representa un esquema muy similar al del trigo, y que se condice con la producción de malta, de la cual el 80 por ciento se dirige a Brasil, y el resto al mercado regional. “Por el contrario, el 90 por ciento de la forrajera es destinado a los países árabes. Los futuros aumentos de producción deberán ser absorbidos por la exportación, donde va creciendo la forrajera”, agregó Poullier.

Como el consumo en el exterior se mantiene estable, Poullier consideró que Argentina tiene una oportunidad en este campo, donde actualmente posee el 8 por ciento de las exportaciones. De hecho, China acaba de abrir el mercado de importaciones con Argentina y está reduciendo su propia producción, y si bien su consumo es de dos millones de toneladas, puede ser una posibilidad para nuestro país. El especialista agregó que Arabia Saudita es el comprador principal, con el 45 por ciento del total comercializado, lo que define un mercado muy atomizado.

Congreso: A Todo Trigo 2011
 
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