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“Un mercado libre es el único camino posible para el trigo”

Esta fue la frase que resumió el panel sobre Comercio de trigo en Argentina, donde referentes de la Cadena de Valor del cereal coincidieron en que el mercado puede reconstruirse sólo si se lo deja funcionar sin restricciones. “Hay matices pero hemos logrado un consenso, por eso creo que debemos sentarnos también con la exportación y la molinería para avanzar en propuestas conjuntas”, afirmó Raúl Dente, Asesor General de la Federación de Acopiadores

 

En el marco de A Todo Trigo 2011 tuvo lugar un encuentro de debate donde se presentaron propuestas y acciones para normalizar el comercio de trigo en Argentina. Coordinó el panel de expositores Raúl Dente, Asesor General de la Federación de Acopiadores, y participaron David Hughes, presidente de Argentrigo, Jorge Torruela, titular del Centro de Corredores de Buenos Aires, Javier Buján de la Cámara Arbitral de Cereales, Ernesto Ambrosetti de la Sociedad Rural Argentina y Daniel Aseff de Coninagro.

Al inicio del panel Dente señaló que “quisimos generar un debate desde la cadena, comenzando por la producción hasta la exportación”. Y ante la ausencia de los representantes de la molinería y la exportación aclaró que “ellos apoyan totalmente el pedido de liberación de cualquier restricción en el mercado de trigo”.

En referencia a la propuesta realizada por la Federación de Acopiadores para destrabar el mercado de trigo, Dente reafirmó que es necesario eliminar los ROE y volver al régimen de la ley 21.453 con el sistema de “declaraciones juradas” en lugar de “licencias” para exportar. En este sentido argumentó que “es una falacia que lo que se entrega a la producción se quita a los sectores más necesitados, prueba de esto es que de cada tres toneladas de trigo una fue para el fisco y las dos restantes se usaron mal”.

En primer término, Hughes indicó que “nos preocupa que no estén ni la exportación ni la molinería debatiendo hoy con nosotros, porque el mundo necesita trigo, pero esta señal no está llegando al país”.

Para graficar la importancia de la cadena triguera, el titular de Argentrigo remarcó que “en 2006-2007, cuando comenzó la intervención el valor agregado de la cadena, disminuyó 5.300 millones de dólares, el 2,2% del PBI nacional, es decir menos inversión y generación de empleo”. Por último declaró: “necesitamos un mercado sin cupos, sin cuotas y sin restricciones”.

A continuación, Buján advirtió que “mientras la producción mundial cayó 36 millones de toneladas en un año, la demanda subió 2 millones de toneladas”. En esta línea agregó que “gran parte de la demanda se apoya en la cantidad y calidad de la proteína, entonces debemos trabajar en ese rumbo”.

En cuanto al precio, Buján señaló que si bien el precio FAS teórico creado por el gobierno se acerca bastante al valor FOB, “el mercado real a término está muy por debajo de lo que ellos están leyendo”. Además indicó que “tenemos que lograr precios de referencia y estadísticas reales de mercado”.

A su turno, Torruela comentó que “los corredores no hemos podido desempeñar nuestras funciones desde que el mercado se volvió tan inestable”. Y añadió que “la esencia del mercado es la libertad y no que un tercero fije las pautas a sus actores”.

En su mensaje final, el referente de los corredores expresó que “nos hemos adaptado, pero necesitamos reglas claras para que los productores, que son hombres de fe, puedan seguir apostando al campo y enriqueciendo a un sector pujante y dinámico por naturaleza”.

Desde el lado de la producción, Ambrosetti sostuvo que “los molineros no vinieron porque están peleando 2 mil millones de pesos en compensaciones, mientras los productores, que estamos perdiendo 4 mil millones de pesos, estamos todos acá buscando una salida; sería bueno que ellos también hubieran participado de este debate para pelear juntos por 6 mil millones para toda la cadena”.

En referencia a la situación del mercado, Ambrosetti repasó algunas cifras que resultaron de las restricciones e intervenciones: “se generó un saldo exportable de 6.5 millones de toneladas (2009)”; “el productor recibe menos de la mitad del precio real del trigo internacional”; “según un análisis realizado por la Mesa de Enlace, el sector agropecuario realizó una inversión de 70.156 millones de pesos, dinamizando todos los actores de la cadena agroindustrial”; “estamos a 10 millones de toneladas de las que proyectó la fundación Producir Conservando para el 2014”. Con estas premisas, el expositor concluyó que “queremos un trigo con crecimiento sostenido, con evolución real de precios, con incorporación de tecnología de alta precisión y para ello es indispensable la apertura plena permanente y sin restricciones del mercado”.

Por su parte, Daniel Aseff de Coninagro asestó: “el discurso de este gobierno de preservar la mesa de los argentinos le permitió abultar su caja con las retenciones, es una ficción y confunde al consumidor, por eso tenemos que mostrar la realidad del kilo de pan a 9 pesos”. Y remarcó que “Coninagro no quiere la estatización del comercio de grano ni tampoco cupos para ninguno, sino un mercado libre y transparente para todos”.

Según el responsable del departamento económico de Coninagro, el trigo sigue el mismo camino del mercado cárnico, que sufrió la desaparición de 27 mil productores ganaderos, la diferencia en el trigo es que el quebranto también se dará en los molinos. “A la molinería le va a costar volver a tener la confianza del productor, pero tenemos que discutir y encontrar soluciones para que en la cadena del trigo ganemos todos”, concluyó Assef.

La voz de los productores

Al final de las exposiciones, los referentes de la cadena del trigo respondieron consultas de los productores presentes en el auditorio.

Con relación al futuro y conveniencia de tener mercados diferenciados, Buján indicó que “si la demanda estará atada a la proteína tratemos de tener un trigo acorde, ya que independientemente de la coyuntura actual, está demostrado que la demanda internacional apunta a un trigo con mayor calidad y cantidad de proteína, el tema es que podamos venderlo”.

Respecto de la ausencia de la molinería y su falta de participación en el consenso sectorial, Hughes afirmó que “no se justifica a la molinería desde Argentrigo, pero sí se reconoce que es un actor necesario, son 130 molinos en el país, mejor o peores, pero necesarios para la cadena”.

En opinión de Aseff, “defender a la molinería es ser cómplices y no podemos ser cómplices de la estafa que se está haciendo a los productores, creo que les llegó el momento de devolver algo al sector”.

En cuanto a la distorsión de precios, Ambrosetti expresó que “el fas teórico fue un invento más o menos cerca de la realidad, pero no debería existir”. Y agregó que “el crecimiento de la cadena debe ser un crecimiento parejo para todos los actores y no el de uno solo que se fagocite a otro”.

 

Congreso: A Todo Trigo 2011
 
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